domingo, 13 de marzo de 2016

El Gerente como líder en Venezuela

Ante un entorno de complejidad y crisis económica, social y política, como el venezolano, el reto del gerente como líder, es sobrevivir y desarrollarse con equilibrio a través de la gestión del conocimiento, representar un papel preponderante frente a las exigencias de los cambios e incertidumbre actuales. El modelo gerencial tradicional venezolano se ha caracterizado por ser rígido, de tipo vertical piramidal, centrado en el poder, autoritario, fuerte y con una visión clara del futuro y una posición inflexible en la toma de decisiones que anula la nueva visión creativa, compartida por un equipo de trabajo en el cual se considera la motivación, el compromiso y la responsabilidad hacia las exigencias de la organización y del mercado nacional y global.
Sin embargo, pareciera que los miembros de las organizaciones están comprendiendo que las empresas exitosas se caracterizan por apoyarse en una concepción humanista, enfocada al talento humano, en donde la toma de decisiones sea irradiada por los equipos que conforman a la organización, Romero (2005) y el líder debe estar dispuesto a mejorar, planificar hasta aprender cuales son las actividades que afectan a todos aquellos que participan activamente en la vida de las organizaciones, para asi lograr el éxitos en los objetivos planteados.
En consecuencia un gerente tradicional es inadecuado, puesto que no está representado en la cúpula inalcanzable de la organización, sino por el contrario, el gerente actual forma parte de un equipo de colaboradores que realiza un trabajo inteligente, orientando hacia una mayor productividad. Para tal razón, para la configuración de una organización exitosa, se hace necesario que el gerente líder comparta su poder y distribuya sus funciones a fin de multiplicar los logros humanos y organizacionales.
Según Fisher y Sharp (1999) se trata de un liderazgo lateral, donde los líderes toman la iniciativa, motivan a los demás, promueven a la acción, gestionan, convocan y hacen lo que sea necesario para que el grupo funcione y consiga sus resultados. Pero no basta con que estos líderes existan, sino que la empresa los promueva y permita una mayor flexibilidad.  Por lo tanto, resulta necesario hacer uso de la capacidad de influencia, herramientas de comunicación efectivas y buenos modos a la hora de actuar, así como buen ejemplo, para que el liderazgo lateral funcione con eficacia. Tanto el jefe como los compañeros de trabajo deben consentir y aceptar este nuevo rol, y esto no siempre es fácil, por lo que se requiere fomentar y favorecer el liderazgo lateral, el buen liderazgo.
Adicionalmente resulta necesario destacar que el desarrollo del liderazgo en contextos de cambios constantes y acelerados como los actuales, se dirige más bien, hacia la eliminación progresiva de un líder carismático, heroico, individualizado o centrado en un grupo selecto de personas, que genera una cultura personalista (Petit, 2012). Más bien las organizaciones actuales deben encauzarse hacia tendencias emergentes de equipos capaces de abordar con creatividad e innovación las soluciones a los problemas que enfrentan en momentos de perplejidad y caos (Dilts, 1996).
En consecuencia, resulta necesario un modelo de liderazgo emergente y del líder que se encara al nuevo milenio con atributos ante todo de gestor, facilitador de procesos adaptativos, que logre  precisar y diferenciar entre el poder, la autoridad y la gerencia. En general de acuerdo con las circunstancias que está atravesando la sociedad venezolana es imperativo, en distintas áreas de influencia contar con líderes efectivos, exitosos, que tomen en consideración los valores: democracia y participación, con pertinencia social, contextualización local, regional y global, respeto al ser humano y consideración y respeto hacia la diversidad (Petit ob.cit.).
Además que sean capaces de llevar una vida equilibrada, de compaginar su actividad profesional con su faceta personal, familiar y, social; demostrar a sus empleados que es perfectamente compatible una gran dedicación profesional con una rica vida privada, ya que con entusiasmo y energía, se puede asumir un liderazgo con eficacia. Es necesario un cambio de tendencias, ya que el rol del gerente/Líder actual debe tener un enfoque como un todo integral y complejo, porque de alguna forma, estos cambios de actitudes implican un nuevo paradigma humano con la readecuación de los valores y principios de la sociedad.
El nuevo líder/gerente debe aplicar un liderazgo el cual desarrolle las mejores actuaciones para trascender a los esquemas paradigmáticos actuales, y desenvolverse como un líder participativo manteniendo una visión orientada al trabajo colaborativo para prestar soluciones al trabajo en el equipo. Debe conservar y fomentar su capacidad de visión futurista e innovadora, con un accionar propio y autentico, que vaya más allá del cumplimiento de las metas y objetivos, con los conocimientos que requieren los nuevos paradigmas, además de ser, un buen estratega, emprendedor, creativo, un líder de cambio, seductor, persuasivo. Con una actitud transformadora, no circunscribiéndose en el establecimiento de un mero intercambio de recompensas con sus seguidores, sino que vaya en búsqueda de cambio de valores, actitudes y creencias en sus públicos.
Desde esta perspectiva, las organizaciones postmodernas han empezado a marcar la diferencia con la aplicación de un liderazgo abierto; de allí que tanto ellos con las organizaciones en general. Requieren entender y asumir que en la actualidad la velocidad del cambio es tal, que apenas hay tiempo suficiente para adaptarse a él e innovar como una forma de superando las dificultades. Sin embargo, el asunto se torna coyuntural, cuando los seguidores esperan soluciones mágicas y el gerente-líder, por supuesto, no posee las alternativas esperadas, entonces solo actuar con inteligencia, prudencia y suspicacia ayudaría a lograr control exitoso de las situaciones.
En conclusión, ante la situación de crisis que confronta Venezuela, en lo político, económico y social, que afecta a las organizaciones, se requiere una mirada optimista hacia el talento humano, que posee todos los elementos necesarios para salir de esta crisis, y enrumbarse hacia un desarrollo deseable y sustentable, dentro de este nuevo orden mundial que ha cambiado radicalmente.  Dentro de este talento, se destaca el nuevo líder, como constructor de tareas para facilitar el desarrollo de las relaciones, que mejoren los vínculos, las relaciones, la identidad y cultura en las organizaciones, especialmente en el sector de las pequeñas y medianas empresas, que emergen cuya influencia en la economía tiende a agigantarse.
Complementariamente, este líder comprometido con la post-modernidad, requiere de un pensamiento y visión estratégicos, estructuración flexible, capacidad para auto motivarse y motivar a sus seguidores y un permanente apego a crear, desarrollar y administrar la cultura de la organización, Llano (1997). Además de tener una visión de futuro, debe poseer la capacidad de articularla e imponerla, de ser persistente y paciente, de brindar estabilidad, de anticiparse a los problemas y las crisis, de establecer entre los miembros de la organización el compromiso y la participación en las decisiones. En general, el papel del gerente-líder venezolano actual conducirá a su empresa a un proceso de modelación y ejecución de una estrategia competitiva a fin de que logre sobrevivir exitosamente en un entorno de alta incertidumbre.
Elsa Guedez

Referencias
Dilts R. (1996): El Liderazgo Creativo. Ediciones URANO. España.
Fisher R. y Sharp A. (1999): El Liderazgo Lateral. Ediciones 2000. Barcelona España.
Llano, C. (1997): El Postmodernismo de la empresa. Mc Graw Hill.
Petit W. (2012: Liderazgo para la Turbulencia. Debates IESA. Volumen XVII. Número 3. Julio – Septiembre.

Romero G. (2005): Papel del Gerente-Líder Venezolano: Gerencia vs. Liderazgo. TELOS Revista de estudios Interdisciplinares en Ciencias Sociales. Universidad Rafael Belloso Chacín. N° 7.

1 comentario:

  1. Las características o indicadores que encaminan el pensamiento, hacia un conjunto de reflexiones concluyentes en cuanto a las cualidades personales que definen al líder eficaz de este milenio; pueden ser abordadas a través de tres dimensiones: El ser, el saber y el hacer. En la dimensión del ser, el líder debe desarrollar principios, motivaciones, rasgos personales y carácter específico; mientras que en el saber se refiere a las destrezas, habilidades y rasgos y en el Hacer, se distinguen las conductas, hábitos, estilos y competencias.

    Msc. Nestor Rivas

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